A veces nuestro coche se parece a un árbol en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? pero esperamos porque la satisfacción la sabemos.
No le pasa nada, el mio duerme en la calle, y ese es el aspecto que tiene, todos los días, el ritual es siempre el mismo, quitarle la nieve, y rascarle los cristales, y a rodar,