Y el viento.
Y somos nosotros los que estamos cargados, no el coche.
Hace años me presenté en la Seat para preguntar por las antiguas cadenillas de descarga (el Toledo me tenía acojonado) y no llegué a entrar.
Eludí la descarga en el coche cerrando con el codo, empujando la ventanilla y la puerta del concesionario fue la que me dio en calambrazo.
Un amiguete me explicó lo de tocar coche y después pisar suelo. Salta la chispa por la suela y tú no la aprecias.
¿Nunca os ha dado el chispazo al tocar a otra persona? o al meter la llave en casa ver la pequeña chispa.